miércoles, 4 de septiembre de 2013

ARGENTINA de 1851 a 1900

ARGENTINA de 1851 a 1900
                                                                                                                                                Miguel de Marco

                                    Inserto estos episodios históricos porque debemos conocer 
                                    el pasado para entender el presente y proyectar el futuro.

"Diversas circunstancias de orden interno e internacional aceleraron un proceso que comenzó el 1° de mayo de 1851 con el Pronunciamiento del General entrerriano Justo José de Urquiza, uno de los invictos capitanes de Rosas, que entendía la urgencia de organizar definitivamente el país". -dice el Doctor Miguel de Marco.

"Para encararlo, Urquiza consideró que no tenía otra opción que desplazar a Rosas. Urquiza lo venció en Caseros el 3 de febrero de 1852. 
Los gobernadores reunidos en San Nicolás nombraron a Urquiza Director provisorio. Los legisladores de Buenos Aires desconocieron su autoridad. 
En los discursos pronunciados por Urquiza en las Jornadas de Junio en la legislatura porteña, demostraron su afán de seguir dirigiendo el país. En encendida oratoria exponían la intención de no dejar a las provincias el manejo de la Aduana.

La provincia de Buenos Aires se segregó del resto del país el 11 de septiembre de 1952. 
Urquiza comprendió que debía encarar sus proyectos de organización sin esa provincia. 
El Congreso General Constituyente de Santa Fe, realizado sin la participación de los diputados porteños, sancionó la Ley Fundamental de 1853. 
Esa Carta Magna se ajustaba a los principios del liberalismo, entonces en boga, no rechazó la influencia de ideas conservadoras. 
El resultado fue una síntesis en la que se contempló positivamente el pasado y se observó la realidad geográfica, social, económica y política heredada. Con ella se consagraba un régimen unitario federal en el que los caracteres centralizadores fueron tantos o más fuertes que los federales. La sanción de la Constitución permitía poner en marcha sobre bases firmes el Estado Nacional.
Como Buenos Aires perseveraba en su aislamiento, Urquiza arbitró los medios para instalar en Paraná la capital provisional de la Confederación Argentina,
Justo José de Urquiza, el primer Presidente constitucional argentino, asumió el mando en Paraná en marzo de 1858 iniciando una labor notable a pesar de la falta de recursos derivada de la ausencia de Buenos Aires, la provincia más rica y poderosa, por la hostilidad de sus dirigentes. Buenos Aires se dio su propia Constitución asumiendo el carácter de Estado Independiente, sin dejar de reconocer que formaba parte de la Argentina.
Luego de varios años de asfixiar económicamente a la Confederación, el clima irrespirable de confrontación determinaron el estallido de la guerra en 1859. Tras una rápida campaña, el Presidente Urquiza derrotó a Mitre en la batalla de Cepeda.  
Urquiza le impuso el alejamiento del Gobernador porteño Valentín Alsina y la firma del Pacto de San José de Flores, por el cual el Estado rebelde de Buenos Aires se reincorporaba a la Nación Argentina como una provincia más.
No obstante las concesiones hechas con motivo de la Convención Nacional Reformadora de 1860, que aprobó casi todas las modificaciones propuestas, dejó sin resolver el problema de la capital. 
Buenos Aires logró postergar la decisión de establecer la sede del gobierno general. A pesar de la buena voluntad manifestada por las provincias del interior para allanar las dificultades, Buenos Aires olvidó los compromisos solemnemente asumidos y retuvo los beneficios de la Aduana.
Otra vez porteños y provincianos tomaron las armas y se enfrentaron en Pavón".

                                                                 *

Las tropas de Urquiza tenían ganada esa batalla, pero cuando Urquiza escuchó a Mitre arengar a su diezmada tropa;  seguir luchando hasta morir  para que Buenos Aires no se una a los "ranchos" del interior. 

Urquiza comprendió que Bartolomé Mitre haría derramar más sangre de hermanos, porque pretendía que la Provincia de Buenos Aires fuera una nación independiente. 
 - "Prefiero dar por perdida esta batalla para que la Provincia de Buenos Aires y las trece provincias del interior se integren en una sola Nación".
Inesperadamente Urquiza ordenó retirada al entender que Mitre y sus seguidores porteños no aceptarían unificar la unificación del país. El Presidente Urquiza se recluyó en su Palacio San José a esperar la ya cercana terminación de su mandato.  

"El vice Presidente Pedernera declaró en receso a las autoridades de la Nación. Santiago Derqui, Ministro de Urquiza, por la hostilidad porteña, se refugió en Montevideo.  Mitre, contrariando las incitaciones de la mayoría de sus amigos políticos, actuó con suma prudencia y obtuvo de las provincias el encargo de ejercer el Poder Ejecutivo para sentar la base de una Argentina unificada".     
"En 1862 el Congreso ungió a Mitre como Presidente de la República.
Durante su mandato se produjeron episodios de violencia derivados de su propósito de imponer el orden liberal y desarmar las rebeliones surgidas en el interior. 
Mitre le declaró la guerra al Paraguay contrariando la voluntad de las provincias del interior (1865 - 1870) 
La campaña presidencial de 1867 introdujo un elemento nuevo en la vida pública argentina: la gravitación de las Fuerzas Armadas en los procesos electorales. Paralelamente a las combinaciones políticas realizadas en distintos puntos del país había controversias y disputas en el ejército que operaba contra el Paraguay. 
Mitre consolidó el apoyo a Domingo Faustino Sarmiento, embajador en los Estados Unidos, para la Presidencia de la Nación. En un proceso eleccionario caracterizado por enfrentamientos y revoluciones provinciales, logró el número requerido para ser consagrado Presidente en 1868. 
El período presidencial de Sarmiento fue positivo y transformador. Todo aspecto vinculado al desarrollo del país contó con su decidido concurso. Las rebeliones del caudillo entrerriano Ricardo López Jordán provocaron gastos no previstos.
Bartolomé Mitre pretendía que uno de sus fieles colaboradores sucediera a Sarmiento, pero éste apoyó a su Ministro de Instrucción Pública Nicolás Avellaneda contando con el respaldo de la mayoría de los gobernadores de las provincias.
El autonomista Adolfo Alsina declinó su postulación, como lo hizo en 1868 y convino con  Mitre constituir un gran partido nacional destinado a conducir el país hasta principios del siglo XX.
El General Mitre, el que había pronunciado la frase: - "La peor de las elecciones es preferible a la mejor de las revoluciones" - al comandar las tropas para oponerse a que el electo Nicolás Avellaneda asumiera su cargo de Presidente de la Nación. 
La intención de Mitre fue vencida en La Verde y en Santa Rosa.
El electo Presidente Avellaneda asumió entre el fragor de las armas. A pesar de la crisis económica, realizó una labor no menos relevante que la su predecesor.
Avellaneda, animado por el anhelo de aventar enconos, indultó a Mitre y a otros jefes devolviéndoles sus grados militares y los reincorporó al Ejército.
La proximidad de la siguiente renovación presidencial conciliaron a los partidos. 
Roca, como Ministro de Guerra y Marina, acababa de finalizar la expedición de Río Negro contra los indios; gozaba del respaldo de una coalición de gobernadores.       Carlos Tejedor; Gobernador de la provincia de Buenos Aires, apoyado por nacionalistas correntinos y porteños enfrentó a Roca alzándose en armas.   
Luego de duros enfrentamientos, Tejedor capituló.
Julio A. Roca, al asumir la Presidencia en ese mismo año, federalizó Buenos Aires convirtiéndola en la Capital de la Nación Argentina.
Hasta entonces, para el mundo Argentina era sólo Buenos Aires. Nada se sabía de Córdoba, Mendoza, Santa Fe y de otras ciudades del interior.
Roca fue el inspirador de una Argentina integrada y por fin, los egoístas porteños dejaron de "ningunear" al resto del país. 
Fue reconsiderada la injusta ególatra política porteña de no compartir con las provincias las rentas del puerto.
El ciclo roquista concluyó  en la primera década del nuevo siglo, su poder había terminado, y con él, fuera el gobierno, desapareció la generación del 80".

Roca, como Ministro de Guerra del Presidente Domingo F. Sarmiento, fue encomendado a cumplir con la Ley aprobada por unanimidad de llevar la frontera sur hasta el río Negro incorporando la Patagonia a la Argentina. 
En otra expedición ( según los dispuesto en Ley 1532) debía incorporar la Patagonia a la Argentina, evitando que otro país se apodere de ese territorio conforme a la "reus nulliuis" (tierras de nadie) que nos hizo perder nuestras islas Malvinas.

                                                              * * *                                    oscarpascaner.blogspot.com

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