TORNADO EN UN ASENTAMIENTO PROVISORIO
TORNADO EN UN ASENTAMIENTO PROVISORIO
Condensado de la obra de Lázaro Schallman sobre la colonización judía en la Argentina.
Condensado de la obra de Lázaro Schallman sobre la colonización judía en la Argentina.
Hacia 1893 los Delegados de la Empresa Colonizadora del barón de Hirsch estaban muy molestos por la demora de los funcionarios gubernamentales en expedir los certificados necesarios para escriturar las tierras adquiridas.
Esa arbitrariedad retrasaba la ejecución de los trabajos de infraestructura en las aldeas: edificación de las viviendas para los colonos, escuelas, caminos, puentes, la subdivisión de la tierras en parcelas, etc., etc.
El barón de Hirsch, que residía en París, recibía noticias sobre los adelantos del proyecto colonizador. Enterado de esta dificultad, acusó a los Delegados de falta de carácter para exponer esa situación ante el Presidente de la Nación. No entendía por qué se trababa el proyecto de colonización agraria que aportaría beneficios al país.
El barón de Hirsch, que residía en París, recibía noticias sobre los adelantos del proyecto colonizador. Enterado de esta dificultad, acusó a los Delegados de falta de carácter para exponer esa situación ante el Presidente de la Nación. No entendía por qué se trababa el proyecto de colonización agraria que aportaría beneficios al país.
Mientras tanto seguían llegando nuevos contingentes de inmigrantes que eran ubicados en campamentos provisorios con carpas instaladas en las cercanías de lo que fue la vivienda de los estancieros que les vendieron las tierras.
Esa era la situación de la futura Colonia Mauricio, cercana a Carlos Casares, en la provincia de Buenos Aires, cuando un tornado asoló el campamento.
El doctor Willhelm Loewenthal recibió un telegrama con la noticia de esa catástrofe cuando se hallaba en el norte de la provincia de Santa Fe gestionando la escrituración de las tierras adquiridas al terrateniente Pedro Palacios.
Loewenthal viajó en el primer tren hacia la Capital Federal y de allí al asentamiento provisorio de la Colonia Mauricio.
Uno de los futuros colonos le relató lo sucedido:
- “Este 26 de diciembre amaneció espléndido. El cielo límpido anunciaba otro lindo día de verano. Inesperadamente nos invadió un calor sofocante. El cielo se oscureció y comenzó a soplar viento con inusitada violencia. Buscamos refugio, unos dentro de los galpones, otros en las carpas. El viento convertido en huracán desenterró las estacas y cortó las sogas que sostenían las lonas de las carpas. Los que se refugiaron en ellas, se aferraron a los postes centrales para no ser arrastrados por el viento. Cubriendo a sus hijos bajo sus cuerpos acurrucados, los protegían del impacto de los utensilios que volaban y de las chapas de los techos que, convertidas en filosas guillotinas, pasaban en vuelos rasantes. Aferrados al poste central de las carpas, soportaron los chicoteos de las sogas cortadas y el tremolar de las lonas.
La espesa tormenta de tierra y la densa oscuridad dispersó a los integrantes de las familias. El ulular del viento huracanado se mezclaba con ayes de dolor, pedidos de auxilio y gritos de llamada a familiares. Repentinamente un aguacero torrencial inundó todo el terreno. Hombres, mujeres y niños sollozando, resbalando y cayéndose en el barro, transportaban a muertos y heridos hasta la oficina de la administración de la colonia, instalada en lo que había sido la vivienda familiar.
No había médico ni medicinas para atender a los heridos. Tampoco ataúdes para los muertos. Amortajados con sábanas se les dio sepultura en una colina cercana.
* * * oscarpascaner.blogspot.com
* * * oscarpascaner.blogspot.com
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio