martes, 27 de marzo de 2012

TÍO ABUELO MAURICIO PASCANER

TÍO ABUELO MAURICIO PASCANER

En abril de 1943, mi hermano Guillermo (de 14 y 1/2 años, y yo de 13 y 1/2) estudiábamos 
en la Escuela de Maestros Normales Rurales Agropecuarios e Industriales Alberdi, instalada en un área rural a siete kilómetros de Paraná. 
Un domingo, aprovechando nuestro día franco, fuimos a visitar a nuestro tío abuelo Mauricio Pascaner, que vivía en esa ciudad. 
Mi hermano, con más confianza que yo, porque él, junto a mis padres, lo visitaron a principios del año anterior, en ocasión del viaje que hicieron para tramitar su ingreso al mencionado Establecimiento de Enseñanza sin tener cumplido los 14 años, que era uno de los requisitos.
Una carta de recomendación del Director de la Escuela primaria de Domínguez, don Isauro Coria y el boletín de clasificaciones de la escuela primaria bastó para que las autoridades de la Escuela Alberdi, hagan una excepción a las requerimientos para ingresar como alumno. (Mi hermano cumpliría los 14 años el 19 de agosto).  
Aceptamos la invitación de quedarnos para almorzar. 
Sentados en los sillones de hierro forjado del patio interior de su casa, nuestro tío abuelo, respondiendo al requerimiento de mi hermano, nos narró sus recuerdos.
 - Yo aún no había cumplido los once años cuando emigramos hacia la Argentina. 
 - Sé que vivían en Pascani, una ciudad del Principado de Moldavia. ¿Qué los motivó a venir a la Argentina?
Mi hermano Benjamín Gregorio, que si no hubiera muerto tan joven sería vuestro abuelo, por ser el más destacado estudiante de idiomas y dialectos de la Academia de Pascani, recibió la propuesta de un Comité de Emigración de recibir determinada suma de dinero si se desempeñaba como intérprete del contingente de emigrantes procedente de diversos países de Europa del Este, que hablaban distintos idiomas y dialectos, viajarías a la República Argentina, donde recibirían parcelas de tierra y herramientas de labranza para hacer agricultura. Las irían pagando, de a poco, con parte del producto de su trabajo, y al terminar de pagar la parcela y la deuda por las herramientas de labranza, semillas,  y todo lo que le iría suministrando la Empresa Colonizadora, pasarían a ser de su propiedad.  Mi hermano, que en ese entonces tenía algo más de 17 años, les dijo a esos dos señores del Comité de Emigración que lo hablaran con su padre y su abuelo. Mi abuelo y mi padre consideraron proponer a los Delegados del Comité que Bejamín Gregorio les prestaría el servicio solicitado si ellos eran colonizados en las mismas condiciones que los demás integrantes de ese contingente. El Comité de Emigraciones, días después les hizo entregas de los pasaportes para los diez integrantes de nuestro grupo familiar, con el contrato de colonización. Gracias a eso pudieron dejar la región cárpato danubiana ambicionada por la Rusia expansionista, absolutista, discriminatoria hacia las noventa y nueve etnias minoritarias que quedaron dentro de sus conquistas territoriales e imposición de su poder político y de la fe ortodoxa rusa.
La ciudad de Pascani había generado su gran desarrollo a raíz de la demanda de gente dispuesta a trabajar como artesanos en diversos oficios para atender y reparar arreos, tapizados y capotas de los carruajes y carretas de las caravanas que iban y volvían por la ruta que unía Europa con Asia, y en la ciudad de Pascani, se había establecido una de sus escalas, que dio surgimiento a gran cantidad de hosterías con caballerizas y tambos que brindaban alojamiento a pasajeros, conductores y ayudantes.  La gran pena de perder a Benjamín Gregorio, quien sería vuestro abuelo, nos impidió disfrutar de todo lo que nos brindó este maravilloso país. No obstante tan tremenda adversidad, su hijo Leonardo, vuestro padre, solo, para poder terminar lo que entonces se denominaba Enseñanza Elemental, tuvo que permanecer alejado de la familia, logró formarse como una persona de bien: no me cabe duda que heredó de su padre los genes para lograrlo. Espero lo mismo de ustedes para honrar nuestro apellido.
  - Así será tío, no tenga dudas, mi hermano y yo honraremos nuestro apellido
  - Gracias tío, -ratifique yo las palabras de mi hermano- nosotros estamos orgullosos de nuestros padres y, también tener un tío como usted.

                                                                       * * *                               oscarpascaner.blogspot.com                 
                                                                                                                   
                                                                                                                
    



0 comentarios:

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio