miércoles, 25 de septiembre de 2013

DECEPCIÓN DE LOEWENTHAL

DECEPCIÓN DEL DOCTOR WILLHELM LOEWENTHAL                                                                                                                                                            basado en trabajos de 
                                                                                                               Boleslao Lewin y Lázaro Schallman 
       

El doctor Willhelm Loewenthal, Delegado Administrativo de la Jewish Colonization Association, la Empresa de Colonización Agraria filantrópica del barón de Hirsch, permaneció en el campamento temporario de los inmigrantes asignados a la Colonia Mauricio, después de ser asolado por el tornado, para hacer una revisión de los registros contables, porque había recibido denuncias de presuntas irregularidades cometidas por quien ellos eligieron administrador del campamento, con complicidad de una camarilla de adeptos.
    
Después de hacer esa inspección, Loewenthal convocó a los inmigrantes a reunirse frente a la vivienda en la que funcionaba la administración y les habló: 

   -  El barón de Hirsch envió un telegrama en el que hace llegar sus condolencias a los familiares de los fallecidos a consecuencia del tornado. Anuncia que contrató un médico dispuesto a radicarse en esta colonia. 
Manteniendo la mirada en los inmigrantes, prosiguió: 
   - Los registros contables de este campamento demuestran que se malversó dinero destinado a vuestra asistencia, situación por la que he destituído al administrador.

Loewenthal se retiró al interior de la vivienda. Desde allí oyó gritos de los adeptos al administrador amenazándolo de muerte si no lo reponía en su cargo. 
Indignado salió a enfrentarlos. 
Mirándolos fijamente a los ojos de los ocho provocadores, los acalló gritándoles:
   - ¡Shená Israel! (Oye Israel).  
La camarilla de seguidores del administrador quedó petrificada. Los demás también.
Esas palabras intimidan a los judíos; hasta los más ignorantes saben que fueron pronunciadas en uno de los momentos más trágicos que vivió el pueblo hebreo.
Sin bajar su desafiante mirada, continuó:
   - No temo a vuestras amenazas de muerte. Los judíos no son asesinos. 
Olvídense ya de las amarguras y sufrimientos causados por la barbarie zarista. Ustedes son la vanguardia de las huestes que pondrán en práctica el gran ideal del barón de Hirsch. Aquí, en la Argentina vivirán en paz y libertad.

Loewenthal bajó el tono de voz, y, con amargura agregó:

  - Yo consideraba que la mejor manera de emplear los pocos años de vida que me quedan, sería colaborando para establecerlos en esta tierra de paz. 
Para concretarlo me alejé de mi esposa, de mis hijos, de mis amigos y de mi carrera científica. ¿Qué recibo a cambio? -hizo una pausa y prosiguió con un tono de voz que trasuntaba su amargura- Que una camarilla de cómplices del administrador corrupto me amenace de muerte. -recorrió con la vista a los oyentes y continuó-  
Esa actitud es impropia de judíos. Me siento decepcionado. -otra pausa tuvo en vilo a su audiencia- Ya no cuenten con mi ayuda. ¡Ahora pídansela a Dios! 

Willhelm Loewenthal renunció a su cargo de Delegado Administrativo de la J.C.A. y viajó a París para reunirse con su esposa e hijos. 

Desgraciadamente su presentimiento se cumplió: falleció a los 42 años.
      
Hoy, la avenida que une la localidad de Carlos Casares con Colonia Mauricio, lleva el nombre de Willhelm Loewenthal.

El barón Mauricio de Hirsch tampoco pudo apreciar el resultado de su colosal obra filantrópica. El barco adquirido para viajar a la Argentina ya estaba anclado, listo para partir con los cien periodistas europeos más destacados, pero el barón de Hirsch falleció repentinamente en 1894. 
En la Argentina el barón de Hirsch, acompañado por ese centenar de periodistas, visitaría las colonias y demostraría al mundo, que los judíos también son aptos para labrar la tierra cuando se les permite trabajar en libertad y se les suministra lo necesario para esa noble tarea.

                                                                         * * *                             oscarpascaner.blogspot.com                    
                                                                                                                                                      
       

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